Nota previa para el lector del blog; Conversacines es un lugar donde analizamos a nuestro criterio los films propuestos. La premisa para participar de este blog es haber visto primero la película en cuestión. Durante los siguientes minutos observarás y escucharás temas que te desvelarían partes de la trama. En caso de no haber visto la película no debes de leer los contenidos de este blog, ya que probablemente te reventaremos la misma.
Esta semana, hablaremos de una historia de juicios paralelos, de condenas sociales y presiones mediáticas. De como somos esclavos de nuestros prejuicios y somos capaces de marcar en demasía las pautas de lo correcto e incorrecto con cierta relatividad.
Participantes:
- Venancio Cermeño
- Gorka Fernández
- Juan Manuel Castillo
- César Bardés Cuéllar
- Jesús De León Rodríguez
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Es la primera pelicula que veo de Fritz Lang y me ha encantado. Por momentos se permite cierta comicidad retratando el ambiente pueblerino del "Far West", y sin embargo, la denuncia del linchamiento como método de aplicar "justicia" es clara y aplastante (pese al histrionismo del señor Fiscal...). El final me ha recordado un poco a la historia de "El Conde de Montecristo"; un hombre que en su camino a la venganza pierde su propia identidad. Muchas gracias por hacérmela ver, Chus. IMPRESCINDIBLE. Sigo escuchando Conversacices. Un saludos a todo el estudio!
ResponderEliminarEstupendo coloquio. Grandes voces. No se puede pedir más. Interesantísima la transposición a nuestros días de una película que, a pesar de los años transcurridos, es de una vigencia escalofriante.
ResponderEliminarHabría algunas precisiones que hacer sobre cosas que comentáis.
Lang sale de Alemania no porque sea judío. Quizá sale porque le ofrecen algo que le horroriza. En 1933, el gobierno nazi le secuestra "M" y no deja que se exhiba en las salas. Sorpresivamente, Goebbels le cita para tener una charla con él. Lang confiesa que le pareció el hombre más encantador que había conocido. Se le invitó a pasar y Goebbels le dijo que "tenía que dejar de hacer películas sobre anormales como el asesino de Düsseldorf" y, unos minutos más tarde, le dice que a Hitler le gusta mucho su cine y que desea que se encargue de la gran maquinaria del cine nazi que estaban pensando poner en marcha. Lang atendió con la mayor educación posible y miraba el reloj con muchísimas ganas. Finalmente, le dijo a Goebbels que se lo pensaría y, cuando salió de la reunión, era demasiado tarde. Los bancos ya habían cerrado. Así que fue a su casa, le pidió dinero a su propio mayordomo y, casi con lo puesto, se trasladó a París en tren, huyendo como la peste de ese régimen que quería captarlo. De hecho, Lang abandona sin pensárselo dos veces a Thea Von Harbou, guionista de sus películas y esposa y, por lo demás, nazi convencida, con tal de huir a tiempo.
El secundario del que se habla es Walter Brennan, que hizo muchísimas películas en su carrera como el cojo famoso de "Río Bravo" y que ayuda en la cárcel a John Wayne y a Dean Martin, trabaja con Lang en un papel impresionante en "Los verdugos también mueren" y con John Ford hace un papel de malvado increíble en "Pasión de los fuertes". En todo caso, Brennan fue toda una leyenda en la profesión y durante muchos, muchos años, fue el único actor que tenía tres Oscars en sus vitrinas, todos al secundario, por las películas "Rivales", "Kentucky" y "El forastero".
Por otro lado, en cuanto a las constantes del cine de Lang podríamos definirlo con las palabras con las que él mismo se dirige al crítico Andrew Sarris: "No soy paranoico, es que me acosan".
Por lo demás, génesis de la película. Lang está bajo contrato con la Metro Goldwyn Mayer durante un año hasta que cae en manos del guionista y posteriormente director Norman Krasna un recorte de periódico del año 1934 en el que se describía el linchamiento de un hombre que fue quemado dentro de una cárcel en San José (California). Con eso, el también guionista Bartlett Cormack desarrolló un guión que se llevó al productor de la Metro Jack Cohn que la clasificó directamente como una película de segunda clase y se la dio a un chico que andaba por ahí que era hermano del guionista Hermann Mankiewicz y que quería producir y dirigir películas, Joe Mankiewicz. Es Joe Mankiewicz quien confía en Lang para llevar a cabo la película porque cree que el nazismo está muy presente en el guión y que nadie mejor que él para trasladarlo a imágenes. A pesar de los esfuerzos de Mankiewicz, Cohn fue muy reacio a los esfuerzos de Lang e intentó por todos los medios, coartar sus esfuerzos. De hecho, el final fue impuesto por Cohn porque antes de rodar Lang dio también una vuelta al guión incluyendo su propio final.
De aquí se explican varias cosas. Primero, la falta de presupuesto que ya habéis comentado. Segundo, la brevedad de la película que hace que en algún momento parezca precipitada. Tercero, la elección del reparto fue, cuando menos, discutida por Lang porque Tracy, en esa época, no era aún nadie. Era poco menos que el segundón de Clark Gable. Y tanto es así que acaba el rodaje de esta película y se incorpora al de "San Francisco", haciendo de cura bueno que ayuda a Clark Gable con las víctimas de la catástrofe. Por supuesto, en la mayoría de las películas con Gable, Tracy moría.
Silvia Sidney era un poco más conocida como primera actriz pero en ningún caso era una garantía para la taquilla. Lo sorprendente es que Cohn exige que dentro de la película esté Bruce Cabot, que Lang lo relega al papel de Kirby, el tipo que sale corriendo del tribunal y se encuentra cara a cara con Tracy, porque tenía una fama considerable en aquellos años por haber sido el protagonista de "King Kong" y ser el galán de Fay Wray y el héroe de la historia.
ResponderEliminarEn cuanto a la sobreactuación de Tracy, hay que puntualizar. Es verdad que es un grandísimo actor (para mí estaría entre los mejores de la historia) y que ese primer plano que comenta Gorka está fantástico. Sin embargo, yo sí noto que está un poquito sobreactuado, sin ir más lejos, en la cara de delectación que pone al escuchar la radio mientras esta solo en su casa. De todas formas, el trabajo de Tracy, desde luego, es de lo mejorcito de la película.
No es una película redonda, ni mucho menos. Es muy breve y pasan muchas cosas. Muchas de ellas tendrían que estar mejor explicadas (lo de las camas...era una cuestión de censura. Recién entrado el Código Hays de censura en el 35, no se podía mostrar ninguna cama de matrimonio en el cine, tenían que estar separadas) y, desde luego, es el inicio en América de un hombre que nació por y para el cine. Por supuesto que los decorados parecen muy falsos...es que no tenía otros. Por eso encierra mucho el objetivo, para que la gente se concentre más en los actores que en el fondo. No hay más que ver una película menor suya como "House by the river" para darse cuenta del sentido visual que poseía Lang.
En todo caso, hay películas que ningún cinéfilo debería perderse de este señor como "El hombre atrapado", "El ministerio del miedo", "Los sobornados" (una de las mejores), "Deseos humanos"...En Estados Unidos la desconfianza hacia él fue tan grande que se vio obligado a rodar "Gardenia azul" en apenas dieciocho días para demostrar que podía terminar una película en muy poco tiempo.
Quizá las masas sean uno de sus temas capitales. Lo pone de manifiesto en muchas de sus películas alemanas y en algunas de sus películas americanas. Para haceros una idea, cuando Louis B. Mayer vio "Furia" exclamó: "Esta película es una mierda de furia".
Ha sido un privilegio introduciros el debate aunque fuera modesta y brevemente. Chus, Gorka, Venancio y Juan Manuel, creo, sinceramente, que sois todo un lujo para todo el que se acerque a escucharos.
Un abrazo.