jueves, 2 de septiembre de 2010

23 - Los 400 golpes (F.Truffaut)


Nota previa para el lector del blog; Conversacines es un lugar donde analizamos a nuestro criterio los films propuestos. La premisa para participar de este blog es haber visto primero la película en cuestión. Durante los siguientes minutos observarás y escucharás temas que te desvelarían partes de la trama. En caso de no haber visto la película no debes de leer los contenidos de este blog, ya que probablemente te reventaremos la misma.

Esta semana marcharemos hacia el interior de la sensibilidad y percepción de una infancia, y a uno de los documentos significativos de la génesis de la Nouvelle Vague.

La rebeldía y la transgresión serán parte fundamental de un debate sobre los golpes que a veces nos azota la vida.

Pd: Agradecemos a nuestro amigo César Bardés, por su paciencia infinita salvando la distancia telefónica (es todo un hándicap) y la mala recepción de su señal, así como la dedicatoria que nos ha brindado en su excelente artículo sobre Claude Chabrol.

Participantes 23- Los 400 golpes (Truffaut):

- Jesús Miguel Cabrero (Abogado y Amigo del Cine)
- Juan Caso García (Arquitecto, profesor de Construcción)
- Raquel Jaén (Estudiante Etsas Sevilla)
- Andrés Cid Fernández (Arquitecto, profesor de Proyectos Arquitectónicos)
- César Bardés Cuéllar (Crítico de cine)
- Jesús Daniel De León Rodríguez (Chus) (Estudiante Etsas Sevilla)

DALE AL PLAY Y ESCUCHA EL CONVERSACINES
(Nota: Para ver correctamente el reproductor, recomendamos Mozilla Firefox o Google Chrome)


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ESCENAS:

Trailer de la película

Escena Jesús Miguel

Escena Juan Caso

Comisaría y Escena Raquel

El centro de menores

La huida final


14 comentarios:

  1. Os acabo de descubrir navegando por la web. Voy a estar pendiente de las películas que vais comentando.Soy de Barcelona y arquitecto y colaboro en un blog de cine muy recomendable de un amigo cineasta. os paso el enlace a un artículo mío pero os recomiendo que leáis alguna de sus críticas porque son todas sustanciosas y breves

    http://cine-next.blogspot.com/2010/08/la-mirada-sublime-espacios-de-cine.html

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  2. Saludos querido amigo, y bienvenido a este humilde lugar donde cada dos semanas nos juntamos algunos amigotes a hablar de una de nuestras pasiones. El cine.

    Esperemos contar con tu presencia a menudo por aquí, y que nos dejes tus pareceres sobre las diferentes visiones e ideas que te sugieran los diferentes títulos que hemos comentado.

    No olvides decirnos tu nombre para poder dirigirnos correctamente hacia ti.

    Pd: Gracias por el interesante blog, me ha gustado y lo he enlazado a la web.

    Un abrazo. Chus.

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  3. Hola soy el del primer comentario. Aparezco cómo anónimo porque todavia no tengo cuenta de google. Me llamo Rafa. Hasta pronto!

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  4. No te preocupes Rafa, para participar no es necesario que tengas cuenta google, con firmar tus mensajes es suficiente.

    Gracias por estar atento a Conversacines, y esperamos tus participaciones.

    Un saludo.

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  5. LOS 400 GOLPES

    Los 400 golpes, es un canto desesperado a la libertad, a la irreverencia, al no alineamiento, además de evidentemente, al rechazo frontal del autoritarismo despótico.
    En definitiva, bajo esa trama aparentemente superficial y cotidiana (para aquella época), ese chiquillo , Antoine Doinel, como cualquier niño a su edad y mas en su época, soñaba con algo mejor y casi instintivamente se lanzó en perseguir esos sus sueños, simbolizados en ese mar que nunca había visto...
    Algo que aquí la censura intentó muy torpemente desdibujar, tal y como sentenciaba Aute en una de sus muchas canciones protesta contra la dictadura española.

    Luis Eduardo Aute
    Cine, cine
    Recuerdo bien aquellos «cuatrocientos golpes» de Truffaut
    y el travelling con el pequeño desertor,
    Antoine Doinel,
    playa a través,
    buscando un mar que parecía más un paredón.

    Y el happy-end que la censura travestida en voz en off
    sobrepusiera al pesimismo del autor,
    nos hizo ver que un mundo cruel
    se salva con una homilía fuera del guión.

    Cine, cine, cine,
    más cine por favor,
    que todo en la vida es cine
    y los sueños,
    cine son.

    Al fin llegó el día tan temido más allá del mar,
    previsto por los grises de Henri Decae;
    cuánta razón tuvo el censor,
    Antoine Doinel murió en su «domicilio conyugal».
    Pido perdón por confundir el cine con la realidad,
    no es fácil olvidar Cahiers du cinéma,
    le Mac Mahon, eso pasó, son olas viejas con resacas de la nouvelle vague.
    “Los cuatrocientos golpes” es la mirada a un adolescente y a sus desconciertos interiores, a lo que deja atrás y a lo que desearía encontrar… Es la tensión entre el querer y el poder, entre el ayer y el mañana, entre la ilusión y el desencanto. En sus sueños idealistas se juntan su veneración casi religiosa hacia Balzac y el anhelo de ver el mar con la cruda realidad de un maestro que solo le considera un alborotador y una casa convertida en una cárcel de aire irrespirable. Sus esfuerzos por evadirse de una vida sin atractivos le llevan al cine o a buscar nuevas sensaciones como “fugitivo escolar” o “ladrón arrepentido”: basta con huir de un ambiente en que no se siente querido ni valorado, en que no es nada más que un trasto. Es la mirada de la cámara nostalgia que recuerda una época difícil pero grabada en su memoria como la de los grandes ideales.
    Es una alegoria del paso de la niñez a la pubertad y esta a su vez a la adolescencia.
    La adolescencia es el periodo del desarrollo humano comprendido entre la niñez y la edad adulta durante el cual se presentan los cambios más significativos en la vida de las personas en el orden físico y psíquico.
    La adolescencia es aquella etapa de la vida en que todo nos parece gris, parece que todo el mundo nos ataca, parece que el mundo se nos viene sobre nosotros. Es el minuto en que comenzamos a conocernos y enfrentamos duros cambios, que nos llevaran a ser hombres y mujeres fuertes. Es la etapa en que conocemos nuestras fuerzas internas y debemos aprovechar al maximo este minuto. Esto nos llevara a engrandecernos como seres humanos.
    A diferencia de la pubertad, que comienza a una edad determinada a los doce o trece debido a cambios hormonales, la adolescencia puede variar mucho en edad y en duración en cada individuo pues está relacionada no solamente con la maduración de la psiquis del individuo sino que depende de factores psico-sociales más amplios y complejos, originados principalmente en el seno familiar.
    Y dicho todo esto., este film autobiografico ( François Truffout) , nos enmarca las vivencias de Daniel en un entorno que no entiende y que desea la libertad del niño sin las complicaciones del ser adulto ( cambios que no acaba de entender).
    Si hay un hecho evidente en la filmografía de François Truffaut es que su vida está presente en sus películas. Cada una de sus películas un espejo transparente de su biografía, sus sentimientos, su pensamiento. Y los 400 golpes no deja de ser un referente autobiográfico de la vida de la Truffaut, un retrato de su adolescencia.

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  6. Una de las escenas que más me ha gustado es en la que Antoine vaga con su mirada por las calles de Paris desde las rejas del furgón policial. Una mirada que revela la inocencia del muchacho, como se encuentra perdido en una situación que le es tan extraña como lo ha sido toda su corta vida. Una expresión que nos muestra el duro encuentro con el mundo que está viviendo. Ve esfumarse la libertad que ansía mientras tiene ante sí las calles en las que se ha sentido libre, aunque no lo suficiente.

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  7. Bueno, cuánto agradecimiento habita en mí (para, so cursi), por el trato, la simpatía, la comodidad, los enlaces a mis artículos y tanta amistad como estáis demostrando. Vuelvo a agradeceros todo y cuantas veces haga falta con la seguridad de que en Sevilla tengo unas cuantas personas a las que aprecio con mucho afecto. Gracias, de nuevo.
    Como siempre, una hora da para poco aunque, en esta ocasión, hay que decir que se tocaron todas las puntas de esa estrella del firmamento del cine que es "Los cuatrocientos golpes" con una tertulia desenfadada y enormemente enriquecedora. En cualquier caso, un par de extremos sí que me gustaría añadir.
    Una de ellas es la equívoca relación que unió a Godard con Truffaut. De amigos compañeros en "Cahiers du Cinéma" pasaron a dirigir sus películas. Truffaut estuvo enormemente interesado en el trabajo de Godard hasta que éste dirige "La chinoise" en 1967. Por contra, Godard tan sólo elogió públicamente el trabajo de Truffaut en "Los cuatrocientos golpes" y en su segunda película, "Tirad sobre el pianista". En todas las demás fue muy reacio al elogio. Truffaut no se lo tuvo en cuenta hasta que se estrena "La noche americana", ya en 1973, y Godard hace un ataque furibundo a la película en una carta privada a Truffaut en la que, para más recochineo, le pide que le co-produzca su próxima película. La contestación de Truffaut, que provoca, por supuesto, la ruptura definitiva de su relación de amistad, es contundente:
    "Para no obligarte a leer esta carta desagradable hasta el final, comencemos por lo esencial: Siento que ha llegado la hora de decirte, ampliamente, que te portas como una mierda.
    Hoy estás fuerte, se te ve fuerte, detentas la verdad sobre la vida, la política, el compromiso, el cine, el amor...Todo está muy claro para ti y quien piensa de otra forma es un cerdo aunque tú no piensas lo mismo en junio que en abril.
    La idea de que los hombres son iguales para ti es teórica, no la sientes. Por eso, no llegarás a amar nada, ni a ayudar a nadie. Amante de los gestos y de las declaraciones espectaculares, altivo y perentorio, estás siempre instalado en u pedestal, indiferente a los demás, incapaz de consagrar algunas horas desinteresadas a ayudar a alguien. Entre tu interés por las masas y tu narcisismo, no hay lugar para nada ni para nadie. ¿Quién te trataría de genio, hagas lo que hagas, sino esa famosa izquierda elegante que va de Susan Sontag a Bernardo Bertolucci?".
    Como se puede ver, la respuesta es muy amarga y los dos amigos no vuelven a dirigirse la palabra. De hecho, cuando Truffaut está en Estados Unidos para promocionar otra excelente película suya que es "El último metro", se cruza en pleno Nueva York con Jean-Luc Godard y gira la cabeza ostensiblemente con afán de que vea que no quiere saludarle.

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  8. Totalmente de acuerdo con esa sobrevaloración excesiva que hay de la obra de Godard, en mi modesta opinión, salvo dos excepciones: Una, naturalmente, es "Al final de la escapada", la otra es "Bande á part" que me parece un cine negro muy interesante.
    Al respecto también cabría decir que François Truffaut se define como "de izquierdas" a pesar de que su cine es acusado continuamente de ser una simple sucesión de historias sin tinte político.
    En cierta ocasión, él mismo declara: "Soy de izquierdad no para parecer joven, ni para parecer revolucionario, sino porque es lo más justo, lo cual no quiere decir que vote siempre al partido socialista". Aquí, se adivina la referencia a Godard y su animadversión hacia François Mitterrand, un político del que siempre renegó por considerarlo arribista y aprovechado.
    En cuanto a "Los cuatrocientos golpes", está claro que es semi-autobiográfico y que como él dijo también en cierta ocasión: "Salvo en Los cuatrocientos golpes, que hablo en primera persona, las demás películas las he hecho en tercera persona".
    Los detalles autobiográficos que realmente acontecieron a Truffaut y que aparecen en la película y confirmados por él son la relación de Antoine con los padres, la adoración por Balzac, la mentira que él mismo dijo en el colegio sobre la muerte de su madre, el robo de la máquina de escribir y los novillos que el futuro director hacía para ir al cine.
    En todo caso, "Los cuatrocientos golpes", es una película muy hermosa, que pone de manifiesto que la ternura es la verdadera pasión humana y que, también, evidencia que François Truffaut hacía películas porque era su forma particular de realizar un acto de amor.
    Nombrar también al director de fotografía, uno de las enseñas de la "nouvelle vague" como Henri Decae (que ya fotografió "Ascensor para el cadalso") y que, con Raoul Coutard y nuestro maravilloso Néstor Almendros son el triunvirato más impresionante con el que se podía contar para impulsar la obra de estos jóvenes que preconizaban que el autor de una película tenía que ser el director, único responsable y elemento diferenciador de su obra que hace que sea considerada, en toda su filmografía, como una única obra.
    Como curiosidad, sirve también decir que el hombre que besa a la madre en la calle mientras Antoine les sorprende no es otro que Jean Douchet, reconocido crítico de cine y uno de los más famosos e importantes directores de la Cinemateca Francesa.
    También cabe mencionar el entusiasmo que otras personalidades manifestaron hacia esta película como Abel Gance, Jean Renoir, Robert Aldrich, Nicholas Ray y Georges Simenon. Casi el mismo entusiasmo con el que nosotros tuvimos el placer de charlar. Gracias por todo y un abrazo lleno de afecto.

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  9. Holaaa a todos….,

    Acabo de escucharos en su totalidad el CONVERSACINES completo del pasado martes 13/09/10, que aunque me gusta escucharos en directo, pues que las líneas, webs y demás tecnologías nos deja fuera.

    Jesús Miguel ¡!! Que aturulle…, gracias por el envite, gracias Chus por hacerme participe, y si, si me gustaría que en alguno de vuestros conversacines pudiéramos disfrutar de una película que como algunas otras he visionado tropecientas veces y es una película dirigida por John Ford e interpretada por John Wayne y Maureen O’Hara (magnifica Mauren O’Hara)

    Sentí perdérmelo por varias razones y la principal de ellas es que ese ratito me lo hacéis pasar muy bien y cuento con ese momento de ese martes quincenal a las 10 y por otra el perderme la intervención en directo de César Bárdes…, que si es un placer leer sus líneas escritas mucho más es su voz en ON.

    Para alguien como yo que de su trabajo es la comunicación César Bárdes sabe y sabe bien escribir, pero también comunicar con la sencillez del calor y la empatia de su voz. Y para nada César consideres que rozas lo cursi (si cursi, significa demostrar sentimientos, que no sensiblero) pues eso..., que viva lo cursi, y alto que para serlo también se tiene que saber. ).

    Un saludo.
    María (Eme soy)

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  10. Y caachiiiis con el aturulle, y nooo..., no es una adivinanza es que una se pone nerviosa, piensa rápido y expresa en la misma forma.

    Segurísimo además que sabéis de que película estoy hablando, si..., si esa “El hombre tranquilo”.

    Gracias.

    María (Eme soy)

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  11. Por alusiones, Eme Soy, gracias. No creo que sea un gran comentarista, como tampoco me creo un gran crítico pero se agradecen esos apoyos tan estupendos que animan a seguir con el día a día y, por supuesto, a colaborar con estos amigos siempre que ambas partes podamos. Es un placer que unas palabras que tan sólo intentan aportar algo a una conversación tan rica como la que tuvo lugar el martes pasado, sean oídas y escuchadas por alguien de tu simpatía, de tu saber estar y de tu gusto impecable en cine.
    Por otro lado, como siempre, uno sigue dando vueltas a lo que dice y a lo que deja de decir. Me quedé con ese orgullo patrio ligeramente herido cuando dijo Jesús (muy acertadamente, todo hay que decirlo) que a él le gustaría vivir como lo hacían o lo hacen los franceses. Como no sé de otra cosa que de cine (lo de la economía que tuve que estudiar mejor olvidarlo con la que está cayendo y con lo que se lee por ahí por unos y por otros), me puse a buscar por los rincones de la memoria algo parecido en cine a la "nouvelle vague" y, naturalmente, que se pudiera acercar, aunque fuera de lejos, a "Los cuatrocientos golpes". A mi mente inmediatamente vino "El nuevo cine español" que nos dio joyas de tantísimo valor como la estupenda "La tía Tula", de Miguel Picazo, o "Crimen de doble filo", de José Luis Borau, pero sí que hay una que remite, en su mitad, al mundo de la infancia, a Madrid a principios de los sesenta y que su intención, por extraña que pudiera desaparecer, también es hacer un retrato de un barrio de Madrid, menos suburbial pero también encantador. Se trata de "Del rosa al amarillo", de Manuel Summers, que también se inscribió en ese nuevo cine español que se vio torpemente truncado por la censura y por la destitución fulminante en la Dirección General de Cinematografía de un hombre moderado y excepcional amante del cine como fue José María Escudero. Nunca fuimos franceses, sólo lo intentamos y la España más gris no dejó más que permaneciéramos alrededor de la mediocridad salvo en unas pocas y raras joyas de nuestra cinematografía. Éstas son tres de ellas.
    Gracias de nuevo, Eme Soy. Un saludo para todos lleno de afecto.

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  12. Me gustaría aprovechar para comentar unos momentos de la película que no señalamos en la charla y que me parecen muy interesantes a la par que bellos.

    Me refiero al único pasaje que existe en la película donde Antoine está feliz (es solo un rato) con su familia. Es ese momento tras el suceso del queme de la cortinilla con la imagen y la vela. Donde la familia quiere olvidar el suceso, y a sugerencia de la madre se van todos al cine (siempre el cine presente).

    Esos momentos de la vuelta en el coche (Muy bien filmadas desde fuera del coche viéndose las calles de la ciudad a la par que las recorren y reaccionan a sus conversaciones en el automovil), donde Antoine va sentado detrás, y la llegada a la vivienda son los únicos donde se ve al personaje sonriendo en compañía de sus allegados.

    Son unas escenas muy bellas.

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  13. Efectivamente, son dos momentos de "normalidad familiar" que a Antoine le parecen de felicidad completa. Al respecto habría que decir que la película que van a ver es "París nos pertenece" que, por homenaje del propio Truffaut, es la película que dio inicio a una de las figuras más importantes de la "nouvelle vague" y menos reconocidas como Jacques Rivette (inolvidable el homenaje que le tributó su mujer en el documental sobre su vida "Jaquot de Nancy"). La película se rodaba a la vez que "Los cuatrocientos golpes" y Rivette tuvo que suspender varias veces el rodaje por falta de financiación y, por ello, se estrenó con demasiado retraso con respecto a las obras fundacionales de Malle, Truffaut, Godard y Chabrol.
    Con respecto a la escena de las velillas que acaban por provocar un pequeño incendio, como ya comenté en la charla, el piso era tan sumamente pequeño que ese incidente provocó una intoxicación por inhalación de humo al propio Jean Pierre Leaud (incluso se puede ver durante un segundo cómo se tapa la nariz con el brazo y se retira de la escena dentro del dormitorio). En todo caso, son dos escenas muy bellas, un paréntesis de atención sobre un niño sobre el que sólo recae la indiferencia de todos y merecía la pena recordarlas, desde luego.

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  14. Bueno, gracias por la nota pero en absoluto era necesaria. Paciencia, ninguna porque cuando uno quiere participar con ilusión en algo tan bonito como lo que hacéis, sabe perfectamente cuáles son los problemas y los inconvenientes que, ni de lejos, superan a las satisfacciones. Por otro lado, no me agradezcáis una dedicatoria que sale del corazón y a modo también de agradecimiento por vuestra sensible acogida a un extraño que, poco a poco, va dejando de serlo. En todo caso, gracias pero, repito, en absoluto era necesaria esa posdata. Un abrazo para todos bien sincero.

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